miércoles, 27 de octubre de 2010

Y los malos que esperen

Las bases de competición de la Federación Gallega indican la fecha en la que se puede iniciar la actividad en las competiciones zonales y así por ejemplo en categoría cadete no se puede iniciar la competición, ni siquiera fases previas…. hasta el 14 de noviembre mientras los infantiles tendrán que esperar dos semanas más, hasta el 28. En cambio los alevines deberán tener definida su competición antes del 30 de octubre.

¿Por qué?

Eso debe ser lo que se preguntarán los 30 equipos cadetes entre masculinos y femeninos, y los 40 infantiles que disputarán la competición zonal. La respuesta es muy sencilla hay que esperar a que finalicen los 7 equipos cadetes y los 4 infantiles que disputan la fase de clasificación, alguno perdiendo partidos de 30 o de 70 pero participando en esta fase previa para al menos disputar algún partido ya que es la opción que te queda si quieres empezar a jugar antes del 14 de noviembre y si no te convence la idea de jugar para perder todos los partidos por más de 30 pues te esperas.

¿Por qué?

Pues porque aunque el baloncesto gallego tiene la curiosa peculiaridad de ser la única autonomía que dispone de más “Delegaciones de Baloncesto” que provincias, (esto responde probablemente a los intereses localistas que nos traslada a los “mejores” tiempos de la Edad Media) esta situación no deriva en la correspondiente independencia de gestión que permita enfocar mejor las características de cada territorio sino, que al final, una sola mente es la que organiza y rige todo el baloncesto gallego, una sola mente que solo mira por las competiciones de ámbito autonómico, algo que hace aún más incompresible la finalidad real de tantas sedes de la Federación Gallega, llegando incluso a duplicar locales en la capital, con un garito para la Delegación y otro para la sede autonómica. Con las lecciones de economía diaria que nos tenemos que tragar con esto de la crisis, y sin que sea necesario ser premios Nobel de economía, seguro que a nadie se le escapa que dos sedes generan más gastos que una.

Al final de lo que se trata es que las competiciones zonales no enturbien el desarrollo de las autonómicas y entonces, ¿la función de las Delegaciones? Pues conseguir que haya muchos equipos y licencias y sobre todo que los problemas de las zonales no lleguen a la Federación Gallega.

Difícil lo tiene el baloncesto gallego mientras continuemos construyendo la pirámide desde arriba. Quizás alguno cuando ve lo altas que son las pirámides de los demás obvia el medir la base, ya que si lo hiciera seguro que comprobaría que es mucho más ancha y probablemente mejor cimentada que la nuestra.

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