“Se han organizado para ser los únicos con opciones de salir elegidos para gobernar”. Esta es la reflexión de quien piensa que Psoe y PP, dos grandes rivales, dos grandes aliados, con sus guerras y alianzas, con sus artimañas, nos han dejado en una situación en la que tan solo uno de ellos dos tiene opciones de gobernar. Eso que parece, en muchos casos, apenar a quien lo piensa, es un sueño que parece muy lejano en el mundo del baloncesto gallego.
En las pasadas elecciones, a la presidencia de la Federación Gallega, dos candidaturas dieron vida y esperanza a los votantes que parecieron revivir tras muchos, muchos, muchos años de candidaturas únicas, mejor dicho, de una única candidatura, la de Paco García, que en sus más de 20 años en la presidencia tan solo encontró rival en las elecciones del 88, con Antonio Barros, y en el 92, con Manuel Masaguer; desde entonces 14 años sin alternativa. Paco García anunció su retirada y los que tenían miedo al cambio y los que creían en el cambio se enfrentaron en la lucha por la presidencia.
Surgieron varias alternativas que acabaron unificando sus fuerzas para plantear un frente común en cada una de las dos corrientes dominantes (los que tenían miedo al cambio y los que creían en el cambio). Coruña y Vigo, por única vez, fueron de la mano y obteniendo votos de todas las Delegaciones colocaron a Francisco Martín, proveniente del baloncesto vigués, al frente de la Federación Gallega.
Cuatro años han pasado desde las últimas elecciones, muchas cosas han cambiado, la mayoría para bien alguna como es inevitable para mal, a nivel administrativo, deportivo, técnico etc.. Pero ¿y el sistema “político”?. Por desgracia parece que ahí muy poco ha cambiado. Asambleas gestionadas de forma que nadie pueda presentar propuestas ni enmiendas, escasa información de los temas que no interesa mencionar, destacar y responder públicamente a las protestas o puntualizaciones carentes de importancia y resolver con una escueta y discreta línea las que realmente contienen transfondo o directamente utilizar el silencio cuando no interesa responder, porque bien se sabido es que al final todo el mundo se cansa de reclamar sobre todo si ni siquiera te contestan.
Como se hacia en la Edad Media con los aliados que no interesaba conservar se han decapitado cabezas y se ha premiado a ciertos nobles con trato preferencial y prebendas para mantenerlos leales a su Rey. Esta limpieza étnica a favor de otras vertientes a dejando a la Delegación Coruñesa, la más importante de la autonomía en muchos aspectos, fuera de juego a nivel gallego; atados en corto desde Santiago, sin ningún representante institucional con “presencia” en la Federación, con cada vez menos representantes técnicos y utilizando sus armas “políticas” para desacreditar a quienes alzan la voz.
Es año de elecciones, la segunda vez que se convocan en tres meses, la primera no valió pero nadie sabe oficialmente porqué ya que se resolvió con un escueto comunicado que decia “ A Federación Galega de Baloncesto desexa comunicar que, por razóns alleas a súa vontade, vese obrigada a anular o proceso electoral en marcha actualmente,”. Normalmente un proceso electoral es algo muy serio como para que la explicación oficial de su anulación sea un “causas ajenas a nuestra voluntad” al estilo Iberia anunciando el retraso de un vuelo. Tampoco se convoco la asamblea extraordinaria que debería aprobar el nuevo calendario electoral y en la que probablemente se preguntaría el porqué de esta anulación. Al final todo esto carece de importancia porque te guste o no al final parece que habrá un único candidato al que votar, ¿Por qué?, quizas por que va todo muy bien y nadie quiere cambiar nada, o porque no hay nadie con capacidad y disposición para poderse presentar en todo el baloncesto gallego, o será ¿que “se han organizado para ser los únicos con opciones de salir elegidos para gobernar?”.
